martes, 10 de julio de 2012

La educación intercultural en el marco del respeto a la diversidad cultural



Resumen: En este ensayo se definen los conceptos de diversidad cultural y educación intercultural y se ofrece una lectura de la relación que guardan, en modo general, dentro de los planteamientos de la interculturalidad. Se hace referencia a la realidad heterogénea de las sociedades contemporáneas y a la necesidad que afrontan de contar con enfoques, procesos y mecanismos que favorezcan la convivencia cultural en un marco de reconocimiento y respeto a la diversidad. Se destaca la educación intercultural como propuesto para afrontar la diversidad cultural en el ámbito de la educación, así como su importancia en la construcción de dichos espacios de convivencia.


El tema de la diversidad cultural y la educación intercultural tienen hoy una pertinencia social, académica y política impulsada por diversos movimientos de reivindicación cultural que han abierto, desde mediados del siglo XX, una discusión acerca de las políticas de asimilación cultural impuestas en diversos países a los grupos culturales minoritarios, y más recientemente, sobre la necesidad de proteger la diversidad cultural ante la eventual amenaza de los procesos de globalización económica, política y cultural (Corona y Barriga, 2004; López, 2001; Muñoz, 2002).
Jarochas de Chacalapa, Ver.
La diversidad cultural es un concepto que se refiere a la totalidad de formas en que la cultura se manifiesta y materializa como rasgos identitarios en cada uno de los diversos  grupos y sociedades humanas (UNESCO, 2002). Esta definición se basa en una perspectiva donde la diversidad cultural se concibe como una realidad que existe independientemente de la valoración de los sujetos, en la cual todas las culturas tienen condiciones equitativas para su desarrollo y en conjunto representan un valor para la sociedad, que debe ser considerado por todos los miembros que en ella coexisten (OREALC-UNESCO, 2005).
A partir de esta base conceptual, la diversidad cultural se ha abordado bajo diferentes perspectivas, una de ellas es la interculturalidad (Cfr. Hamel, 2001; Ortega, 2011; Tejerina, 2011). Esta orientación cultural concibe a la diversidad en situaciones donde la pluralidad de valoraciones, puntos de vista e ideas de los sujetos y grupos son incorporados en una relación en la que todos reconocen y asumen las diferencias culturales como una ventaja y un recurso que permiten el desarrollo y enriquecimiento de las sociedades en su conjunto. Esta determinación no niega la desigualdad cultural y las relaciones de dominación bajo las que conviven las personas y los grupos de las sociedades plurales. El conflicto y el enfrentamiento se entienden como parte inherente del encuentro cultural, pero desde esta perspectiva, el conflicto intercultural reconoce además que todas las culturas:
…cuentan con el potencial para extenderse a nuevos ámbitos y apropiarse de los recursos necesarios para ello. Es decir, todas las culturas no sólo poseen los elementos específicos que explican y orientan su mundo propio, sino también los universales que permiten acceder a otras culturas y a aquellos conocimientos y técnicas que se consideran comunes a todas las culturas (Hamel, 2001: 50).
Aguado (1991) considera que la interculturalidad, más que a situaciones, hace referencia a procesos dinámicos que derivan de la convivencia de culturas diferentes en el seno de una misma sociedad, los cuales requiere ser gestionados para evitar y dar solución a los conflictos que de ellos pudieran resultar. En esta misma línea, Tejerina (2011), describe la interculturalidad como un proceso donde los participantes son impulsados positivamente a afirmar su cultura y a desarrollar habilidades que les permitan mayor sujeción a partir de reconocer la desigualdad y el conflicto. Ambas autoras plantean que la interdependencia se convierte en una base para la adquisición de los conocimientos de las otras culturas, mientras que el conflicto intercultural propicia el enriquecimiento mutuo, la inclusión y el diálogo; la otredad en este caso, constituye un recurso básico de la democracia cultural (Ortega, 2011:41).
 En este marco, el ámbito educativo se vuelve un espacio de vital importancia para abordar la diversidad cultural porque es un medio donde los participantes pueden desarrollar y ejecutar procesos que les permitan enriquecerse al asimilar puntos de vista, experiencias y conocimientos del otro, mientras interactúan entre sí. El paradigma de la educación intercultural concibe la escuela como un entorno que refleja las condiciones interculturales de la sociedad, pues como señala Aguado (1991: 94):

El medio escolar como totalidad es un sistema integrado por un número de factores identificables, tales como las actitudes y valores del personal, los procedimientos y estrategias de la evaluación, el currículum y los materiales de enseñanza. En este medio escolar intercultural cada una de esas variables refleja la igualdad social, cultural y étnica.
Niños nahuas del sur de Veracruz
En este sentido, la educación intercultural se plantea como un enfoque que aborda la diversidad cultural a partir de un modelo de respuesta educativa que integra programas y acciones diseñados e implementados para que los alumnos aprendan a adquirir y desarrollar los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para funcionar efectivamente en una sociedad heterogénea. Para su consecución, su principal reto es desarrollar propuestas basadas en el principio de reconocimiento mutuo y en el diálogo crítico y multidireccional, pues sólo así se podrá consolidar una convivencia que permita establecer relaciones culturales igualitarias que trasciendan la coexistencia y construyan ambientes de cooperación, valorización y respeto a la diversidad cultural (Schmelkes, 2004). Las experiencias de aplicación de la educación intercultural son muy recientes y ha planteado nuevos debates sobre los conceptos, paradigmas y enfoques aquí abordados. Es por ello que el enfoque no puede ser considerado como terminado, sino en proceso de consolidación (Cfr. Corona y Barriga, 2004; Ortega, 2011; Schmelkes, 2004).

Bibliografía

Aguado, M. Teresa (1991). “La educación intercultural: concepto, paradigmas, realizaciones”, en Jiménez, M. del Carmen (Coord.)(1991), Lecturas de pedagogía diferencial, Dykinson, Madrid, pp. 89-104.
Corona, Sarah y Rebeca Barriga (Cords.)(2004). Educación indígena. En torno a la interculturalidad,  Universidad de Guadalajara/Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco/Municipio de Zapopan, Guadalajara.
Hamel, R. Enrique (2001). “Políticas del lenguaje y educación en México”, en Bein, Roberto y Born, Joachim (eds.)(2001), Políticas lingüísticas. Norma e identidad, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, pp.143-170.
López, Enrique (2001). La cuestión de la interculturalidad y la educación latinoamericana,  documento de trabajo presentado al Seminario sobre prospectivas de la Educación en la Región de América Latina y el Caribe, organizado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO, Santiago de Chile, 23/25 de agosto de 2000.
Muñoz, Héctor, et al. (2002). Rumbo a la interculturalidad en educación, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa/Universidad Pedagógica Nacional/Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, México.
Ortega, E. Hilda (2011). Fortalecimiento etnolingüístico en México. La estrategia intercultural desde el discurso universitario mazahua, Editorial Académica Española, Saarbrücken.
Tejerina, Verónica (2011). “Diversidad cultural, educación intercultural y currículo”, en Guevás, Aparicio (Dir.)(2011). Interculturalidad, Educación y plurilingüismo en América Latina, Pirámide, Madrid, pp. 67-86.
Schmelkes, Sylvia (2004). “La educación intercultural: un campo en proceso de consolidación”, en Revista Mexicana de Investigación Educativa, enero-marzo, año/vol. 9, número 020, COMIE, México, pp. 9-13.
UNESCO (2002). Declaración Universal sobre la diversidad cultural, Serie sobre la Diversidad Cultural, número 1, Representación de UNESCO en Perú, San Borja.
UNESCO (2005). Diversidad cultural. Materiales para la formación docente y el trabajo de aula, Vol. 3, OREALC-UNESCO, Santiago de Chile.
*Fotos: 

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